El asunto de los diálogos es peliagudo. Ahora los reviso y estoy en la fase de que no me gustan. Leerme a mí misma apesta. Es como estar todo el día mirándome el ombligo. Por Dios, ¿Quién creó este oficio? En cualquier caso, seguir una rutina a fondo con una cuestión tan delicada, pequeña y detallosa lleva a que uno se vuelva un erudito temporal de cuestiones estúpidas y banales. ¿A quién cuernos le importa esto? Posiblemente, si no eres escritor no tendrás ningún interés en estas perogrulladas e incluso, aunque lo fueras, este tema pertenece a un submundo de escritores frikis que seguramente podría contar con los dedos de una mano. En fin, a ese conjunto dedico este artículo. Al resto, los remito a este divertido post de un youtuber en un vuelo de primera clase. Imperdible.
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No cometas jamás estos errores que he cometido yo. |
Aquí estoy para contarte los errores súper fáciles de subsanar y que harán que tus diálogos sean hermosos y entretenidos.
- Abusar de los puntos suspensivos. Es terrible. Están por todos lados y no sé por qué se me ha pasado este asunto. Los puntos suspensivos tienen un uso muy concreto y su abuso solo afea el texto. Evítalos todo lo que puedas.
- No usar desde el principio el guion de dialogo sin espacio. Recuerda. Después del guion o raya de dialogo no debe haber espacio. Si piensas que mejor escribir del tirón y después corregir, te estás equivocando. En este asunto conviene no perder el tiempo. Hazlo bien desde el principio y te ahorrarás tener que revisar todo otra vez.
- No ser minimalista. En este asunto hay que ser lo menos farragoso posible. Evitar las acotaciones. No es fácil y he intentado evitarlas pero más de una vez se me cuelan más de lo deseado cayendo en repeticiones odiosas del tipo: “dijo, respondió, aclaró”.
- Adjetivar en exceso. Sin darme cuenta este asunto lo he pasado de largo en los diálogos aunque no tanto en el texto. En las acotaciones en vez de nombrar la emoción de un personaje mejor describir sus signos externos. Aquellos que pueden denotar un estado de ánimo sin necesariamente nombrarlo. Es más sutil y suena menos a novela juvenil barata. Es decir, en vez de decir: “sonrió nervioso” puedes decir: “sonrió forzando excesivamente la comisura de los labios. Una arruga profunda surcó su delicada piel.”
- No sopesar con anterioridad la cantidad de diálogos que debe tener la novela. A menudo tengo la sensación de que mi novela tiene demasiadas conversaciones entre personajes y me pregunto si le resta credibilidad a la obra. No sé muy bien porqué pienso esto pero puede ser un recurso muy entretenido pero al mismo tiempo se puede caer en el facilismo. Mucho diálogo creo que resta calidad literaria. Este último punto lo tengo que meditar. No lo tengo del todo claro.
Ya ven que sigo enfrascada en estos temas. Estoy llegando a la fase final. Meter los diálogos en condiciones y atender las demandas, muchas de ellas acertadas, de mis beta readers. Todavía hay algunos problemas de la trama que hay que solucionar. Espero en un mes máximo tener a punto la novela para poder empezar a moverla.
Este otoño está siendo maravilloso. Nublado. Soleado. Caluroso. Vuelvo a mi guarida. Disfruten del fin de semana.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Muy agudo todo…. Cuando uno escribe sin tener en cuenta esto entra en una inestabilidad que desconcentra y te impide aprovechas otros recursos. A los puntos susoensivos Azorín les llamaba las " ortopedias" del lenguaje, que hay que evitar.
Y sí. Ahora toca fumigar puntos suspensivos. En eso andamos.
¡Hola!
Me encanta esta entrada por varios motivos. Primero, porque has hecho "autocrítica" de los errores que has cometido escribiendo. También porque ayudas a otras personas que escriben a que no caigan en los mismos errores. Pero te confieso que a mí me gusta mucho que haya diálogos en las novelas. Se hacen mas amenos y conecto más con los personajes 🙂
Por cierto, ya me quedo por aquí y te sigo ^.^
Nos leemos! Besitos <3
Hola, sí, un escritor que no acepta y no es auto critico no tiene mucho qué hacer. Gracias por leer y comentar. ¡Un saludo!