Llegó el fresco y la mejor estación para escribir. Ya todo el mundo está donde debe estar. La gente en sus trabajos, los niños en las escuelas y los escritores frente al ordenador. Tenemos unos meses preciosos por delante que hay que aprovechar antes de que se desbarate todo en Navidad.
Hoy les quiero contar cómo va Historia de una roca, novela corta que escribí el año pasado y que está en plena fase de reestructuración.
Después de que mi beta reader prácticamente me la tirara por la cabeza (y con toda la razón) le he vuelto a dar un repaso ya más en plan ingenieril que artístico o creativo. Escribir no solo es una tarea creativa, requiere de mucho trabajo lógico y racional aunque no lo crean. El puzzle tiene que tener coherencia. O más bien, tienes que ser capaz de unir todas esas piezas desordenadas en algo que quede bonito.
Pues, en este momento, debo decirles que tengo el rompecabezas completamente desarmado. Está roto y lo estoy montando otra vez. Para ello, he recurrido otra vez a la escaleta y me está sirviendo mucho.
Sin embargo, en esta ocasión me estoy enfrentando a una nueva dificultad: la de escribir una novela corta. Historia de una roca surgió como un cuento largo o una novela breve, sin embargo, algo no funciona. Hay demasiados personajes que no alcanzan a desarrollarse en tan pocas páginas. Casi encuentro mas trabajoso escribir una historia corta que una más larga. Y me viene a la mente algunas joyas breves que merecen mención:
Los días del abandono de Elena Ferrante (Lumen): este relato está dentro de la colección de tres novelas cortas llamado Crónica de desamor. Describe el momento que atraviesa una mujer cuando es abandonada por su marido. Concreto. Al grano. Estremecedor. (Si está un poco de bajón, ¡no lo leas!)
La tela de la arañade Joseph Roth (Acantilado): las novelas de este autor tienen la maestría de narrar en dar mucha información en pocas páginas. En esta historia Roth narra la vida de un militar desmovilizado que tiene que buscarse la vida hasta que se convierte en espía a sueldo de una organización clandestina. Solo leyendo las dos primeras páginas de esta novela te das cuenta de todo lo que sabes del protagonista. Es asombrosa la economía del lenguaje que utiliza Roth. Sin dudas, admirable.
El ardor de la sangrede Irene Nemirovsky (Salamandra): la maestría de esta escritora se pone otra vez de manifiesto en esta obra en la que narra en muy pocas páginas la vida de Silvio, un hombre solitario que ha dilapidado su fortuna.
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Semanario literario en donde Irene Nemirovsky publicó varias de sus novelas por entregas. Fuente: By Gringoire – Photo, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=48659509 |
Las hay muchas más pero he querido citar estos ejemplos menos conocidos. ¿Qué tienen en común estas obras?
- Tienen menos de 180 páginas.
- La trama es más simple que en una novela más larga.
- Hay un personaje principal protagonista (puede haber varios secundarios). Es decir, la novela coral no funciona bien.
- El planteo debe ir al grano en las primeras líneas.
- La resolución también debe llegar rápido.
Historia de una roca, no cumple ninguno de estos requisitos. Me enredé en una historia coral de difícil resolución, así que, tengo dos opciones: 1) transformarla en una novela larga o 2) reestructurar profundamente la historia para que sea más corta (a lo mejor quitando información).
Al final, como les comentaba, estos dilemas son más ingenieriles que artísticos[1]. Por eso, cuando me encuentro ante esta tesitura, intento recapitular: ¿Qué es lo que quiero contar? ¿Qué es lo que quiero transmitir o poner de manifiesto? Es ahí donde me encuentro y encuentro la respuesta. De momento, intentaré seguir la escaleta. Todo apunta a que Historia de una roca se va a transformar en una novela más larga.
¿Has escrito novela corta? ¿Has leído algo interesante? ¡Te espero en los comentarios!
EM Forster, el novelista inglés, escribió uno de los ensayos más ingeniosos sobre la noeva. Desdramatiza el tema de la extensión y pone el acento en otros planos, como el cuerso de la historia. Define la fición, simplemente, como una ficción de más de 50 palabras. Y cierra el debate. Buscalo, aporta mucho: Aspects of the novel, 1927
Forster es un epígono del grupo, de Bloombsbury, claro. Ya te lo ahabrás encontrado por ahí
Lo buscaré. ¡Gracias!