Hoy hablamos de librerías, de monopolios y de por qué también los escritores somos pequeño comercio. Todo a raíz de la polémica Amazon y comercio de proximidad. Para pensar sosegadamente.
Las pequeñas librerías de viejo venden en Amazon
Hace unos meses, para la documentación de una historia que estaba escribiendo, compré a través de Internet algunos libros usados a librerías de viejo londinenses. Pequeños comercios que viven de poner libros que ya nadie quiere, muchos de ellos, robados de las bibliotecas. Seguramente, aquellos libros seguirían ahí, muertos de risa y juntando polvo si no fuera porque hay una friki como yo a miles de kilómetros buscando esos ejemplares. Así, compré una primera edición muy bonita de la autobiografía de la madre Keynes con fotos de su infancia que no aparecen en otros lados (primera alcalde mujer de Cambridge) o la biografía de su hermano Geoffrey. Este tipo de ejemplares no han supuesto más que 1 o dos pounds.
Adónde quiero llegar. Gracias a plataformas como Amazon o Iberlibro (que ha sido comprada por Amazon) ese pequeño comerciante londinense ha generado un ingreso y además yo he obtenido un ejemplar raro que nadie quería.
Pero no se equivoquen. No estoy aquí para defender a Amazon, Dios me libre. Ya saben que he sido muy crítica con esta plataforma y aborrezco las grandes compañías y más si son monopólicas. Pero más detesto a la supuesta progresía que ataca al gigante para defender al pequeño.
¿Defender al pequeño siempre es correcto?
Hace unos días, se nos presentó la posibilidad de hacer una compra relativamente importante para la biblioteca del colegio. Era una gran oportunidad de obtener un buen descuento. Me dio una gran ilusión confeccionar esa lista de títulos y ver las maravillas que se editan en España en especial en lo que álbum ilustrado se refiere. La idea era atractiva. Sin embargo, fuera de Madrid, es difícil encontrar librerías que tengan un buen fondo de Infantil. Sin embargo, algunas voces decían, seguramente con algo de razón: “apoyemos al comercio de proximidad”. El tema es el siguiente: ¿qué hacemos cuando el comercio de proximidad no ofrece lo que se busca? Señores, no hay librerías en los pueblos o ciudades pequeñas. Y entonces, ¿qué hacemos con esa gente? ¿La condenamos a que no compre libros? ¿Y qué hacemos con los lectores que leen en otros idiomas y no tienen acceso a las librerías de Madrid?
Mi punto es el siguiente: hay una demanda insatisfecha que puede ser cubierta por la venta online. Pueden convivir librerías físicas y plataformas de venta por Internet.
Entonces, ¿por qué ningunear al que ofrece lo que yo no tengo?
Cuando el monopolio es un problema
Ya lo he dicho muchas veces. Me dicen: “es que Amazon es un monopolio”. Señores, a mí no me gustan los monopolios, prefiero el helado de pistacho pero, lamentablemente, el monopolio está en la esencia del capitalismo. O, mejor dicho, está en la esencia del comercio. Fijensé que ya Aristóteles teorizaba sobre el asunto en Política. Cuenta él, a propósito de este asunto, una anécdota divertida. Dicen que Tales de Mileto tenía mala fama por pobre. Se pensaba, ya en ese entonces, que un filósofo era incapaz de hacer dinero. Esta ofensa llevó a Tales a desafiar a todo aquel que lo acusara de pobre. Entonces, aprovechando sus conocimientos astronómicos predijo cuándo sería buen momento para una abundante recogida de aceite. A tal efecto, alquiló todas las prensas de la región a un precio irrisorio cuando nadie las demandaba y cuando llegó el momento de la abundante recogida del aceite, las subalquiló a un precio superior. Esta pequeña especulación está en la base del monopolio, término que acuñó por primera vez Aristóteles. Yo no lo defiendo. La idea que está detrás puede ser moralmente reprochable. No lo discuto ni lo juzgo pero es la base del comercio desde tiempos inmemoriables. Y además recuerden que sin monopolio no hay big data, piedra fundamental de muchas empresas tecnológicas.
A lo que voy.
Amazon es un monopolio pero también lo es el librero del pueblo, el carnicero, el pequeño comercio de las ciudades medianas e incluso de las grandes cuando están en un barrio concreto. En este caso, no era un problema que el pequeño comerciante fueran un monopolio y que aprovechara esa situación para vender más caro y dormir largas siestas.
Y no lo juzgo. La siesta es algo muy sano. Solo digo que al final, el planteo es elitista. ¿Quién se puede dar el lujo de ir a una librería pequeña y lejana? Y entonces llegamos a otro debate:
Los libros deben estar en todos lados
A veces se mezclan varias charlas, lo dije a propósito de la medida del gobierno francés de prohibir la venta de libros en supermercados. ¿Perdón? ¿Queremos defender un gremio o democratizar la cultura? Si hay gente que por su nivel de estudios o por logística o por lo que sea, no puede ir a la librería, bien porque cierran por la pandemia o por horarios, ¿qué hacemos? ¿Condenamos a esa persona a que no compre libros? Incluso, los franceses fueron más allá subvencionando los gastos de envío de las pequeñas librerías. Eso me parece bien pero se plantea el siguiente dilema: ¿sabemos qué perfil de comprador lo hace en la pequeña librería? ¿Está esa subvención llegando a donde tiene que llegar o estamos subsidiando los hobbies de una clase media muy lectora?
Hace tiempo venimos viendo una campaña a favor del pequeño comercio y en contra de las grandes empresas como Amazon. Por supuesto, siempre me parecerá bien que se cuestione al poderoso. Es lo que debe hacer todo ciudadano de bien. Sin embargo, no me siento cómoda en el papel en el que nos quieren poner.
Me gusta el pequeño comercio, obvio, pero surgen varias dificultades que la multinacional tecnológica ofrece.
La salud, la crisis y el pequeño comercio
En época de pandemia, hemos llegado a ver spots publicitarios lamentables pero la palma se la lleva el Ministerio de Sanidad: ¿es sensato que sus campañas navideñas anti covid fomenten el comercio de proximidad? ¿No sería más lógico que impulsara la venta online, sea o no de pequeño comercio?
Me piden como ciudadana que me solidarice con el librero. Ok. Está muy bien pero volvemos a lo mismo: puestos a elegir: ¿no es mejor solidarizarse con gremios más castigados dentro de la cultura? ¿Alguien se solidariza con los miles de escritores que ya eran precarios antes de la pandemia? ¿Alguien se ha acordado de ellos? Ni hablar de otros sectores que se han dejado la piel en esta pandemia y no pertenecen al mundo de la cultura ni tienen el prestigio del médico. Me refiero a cajeras de supermercado, enfermeros, empleadas de hogar, cuidadores y todos aquellos que están en negro y no han podido acceder a ayudas o ERTEs.
La explotación en el capitalismo es el problema
Me dicen: Amazon explota a los trabajadores. Estoy de acuerdo. Pero entonces, no frivolicemos. El problema no es Amazon es el capitalismo y un sistema que fomenta que todo sea ultra barato. Si vamos por el lado de la explotación, dejemos de consumir móviles, ropa, etc. Lo mismo aplica al cambio climático
Y por último, se llenaron la boca criticando lo que hacía Amazon y ¡ahora resulta que crean una plataforma que brinda el mismo servicio y con entregas en 48 horas! Acabáramos. ¿Y quién se creen que les va a llevar el paquete a casa? ¿El librero? ¿El editor? No, señores, será el pobre “che, pibe” de siempre.
Los escritores también somos pequeño comercio
Y por último, quiero recordarles que hay miles de pequeños comerciantes que venden en Amazon y que generan ingresos gracias a ella. Por ejemplo, los pequeños libreros que les mencionaba más arriba. Y ¿saben cuáles el eslabón más débil?
Sí, el escritor.
No hay nada más pequeño y frágil, en lo que comercio se refiere, que un escritor. Y quiero decirles que miles de miles de escritores independientes generan ingresos gracias a Amazon. Son pequeños cuentapropistas que se buscan la vida para llevar el mango a casa. A ellos también estás apoyando cuando compras en Amazon. Porque ellos también son pequeño comercio.
Mi conclusión es: compra donde te dé la gana. El capitalismo es nefasto. Hagas lo que hagas, lo harás mal porque el consumo es una enfermedad generalizada que genera pobreza, explotación y contaminación.
El capitalismo es el virus
¿Saben que es peor que el virus? Ser conscientes de que no hay manera de escapar. No hay vacuna. Solo vicio. Y de eso se alimenta este sistema económico tal como decía Keynes. Tienes que consumir. Tienes que contaminar. Y es esa lógica perversa la que no nos atrevemos a cuestionar.
Piketty esboza algunas ideas interesantes que desarrollaré más adelante por ejemplo el asunto de la fiscalidad que creo que sí puede doler a empresas como Amazon. Pienso que ahí radica un poco la solución: tratar de que haya medidas de política fiscal a nivel europeo más que linchamientos a empresas particulares. No sé si se podrán aplicar algunas de las propuestas de Piketty pero al menos veo un poco más de pensamiento sosegado en relación al capitalismo. Menos cancelación y más reflexión. Atacar a Amazon es frívolo. Es pensar que si le compro a un librero ya estoy haciendo las cosas bien. Y eso me da derecho a moralizar y señalar con el dedo.
En el fondo, queremos señalar. Nos vestimos de morales y progresistas para señalar y atacar el trabajo de otros.
Yo invito a mis lectores a despojarse de la moralina. Intentar disfrutar de la vida. No hacer daño. Disfrutar de un buen libro, venga de donde venga. Y si no le gusta, lo quema, que al menos con eso contribuye al medio ambiente y evita que ocupe un espacio precioso.
Que tengas felices fiestas.
Tomensé un vermuth a mi salud.
Muy buen ángulo, deconstruir estos prejuicios.
Siempre hay que trabajar para destruir prejuicios.
Es muy interesante
Lo cierto y verdad es que el cuestionable Amazon y compañía llevan al último pueblo aquello que de otro modo sería inaccesible, muy caro o con gran esfuerzo ecológico.
Todo el mundo se mete con la calidad de lo «del chino» la ropa el calzado chino… pero gracias a ello medio mundo tiene zapatos y ropa…
Me quedo con tu idea de haz lo que te de la gana… pues siempre te vas a equivocar
Eso es. Yo creo que somos todos más o menos responsables del mundo que tenemos. Un saludo y gracias por leer y comentar.
Muchos escritores hemos preparado artículos hablando de este tema, es normal.
Hace poco, le dije a un amigo en facebook que está muy bien apoyar a las librerías, pero que tenga en cuenta que no puede apoyar sólo a librerías sin perjudicar a autores independientes. Como suele suceder, el marketing que se hace de estas propuestas está mal enfocado, y lo explicas bien en tu artículo.
Hola Isabel, a mí personalmente no me molesta que se quiera apoyar a las librerías. Lo que sí está bueno aclarar es que hay otros colectivos que también son vulnerables. Y que comprando en las librerías, se ayuda a algunos pero no a todos los escritores. Está bueno aclarar siempre que hay un enorme colectivo de escritores que, quizás, no se sienten representados por todas esas movidas y que han encontrado en Amazon una fuente de ingresos. No solo escritores, pequeños vendedores (entre ellos libreros, por ejemplo) que así pueden completar sus ingresos. Gracias Isabel por leer y comentar. ¡Feliz año!
Me gusta mucho este post, saludos!!!
Muchas gracias. Un público variado siempre es más interesante. Un saludo.
Me parece un artículo súper interesante, además de estar super bien redactado y quedarme super claro.
Gracias
Muchas gracias. Te invito a que te suscribas a la web. Un saludo.