Los viajes sonámbulos no lleva ni un mes a la venta y ya he aprendido varias cosas. La primera es que la cosa va lenta y cuesta hacer que la gente te conozca. Es evidente y no es ninguna sorpresa. El blog es una buena plataforma y ayuda pero no es suficiente. Tampoco lo es Facebook.
Por otro lado, me he dado cuenta de que Amazon segmenta los mercados de forma consciente lo que hace que mis ventas se dispersen por todo el planeta. No es posible elegir en qué mercado comprar, cosa que yo sí podía hacer cuando compraba libros físicos. A veces había libros que los encontraba en Amazon.fr o en Amazon.co.uk.
Con mi libro, si estás en Latinoamérica debes comprar en Amazon.com lo que significa que mis royalties serán del 35% no del 70%. Esto, sumado a los impuestos que debemos pagar a la hacienda norteamericana, deja a los autores con unos márgenes muy pobres.
Por esta razón, estoy barajando la posibilidad de abrir otros canales de venta como La casa del libro. Por lo que cuenta un colega, los royalties son del 70% y sin las complicaciones de los mercados segmentados. Exploraré esa vía.
En tercer lugar, después de varias semanas y, al hilo de lo que comentaba al principio, me estoy convenciendo de abrir una cuenta en Twitter. Es lo que recomiendan escritores como Blanca Miosi, que tiene unos excelentes posts sobre el tema.
Como siempre, este tema me da mucha pereza y, por lo que cuentan, hay que estar muy encima y seguir determinadas reglas básicas. Esto me echa para atrás. Quiero dedicar mi tiempo a escribir y no al marketing. No es que lo desprecie. No es esa la razón pero no soy buena haciendo varias cosas a la vez.
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Esto pasa cuando los escritores intentamos hacer marketing. |
En cuarto lugar, me estoy planteando hacer una pequeña edición en papel con CreateSpace, la plataforma de Amazon print on demand. El riesgo para el escritor es cero y puedo tener un poco más de llegada entre aquellos que no quieren leer en digital. Al fin y al cabo, y a pesar de lo que diga Jeremy Rifkin, mucha gente todavía quiere poseer objetos.
Por otra parte, he creado una cuenta de usuario en Biblioeteca para ver un poco su funcionamiento. Me interesa tener otro canal de venta pero no tengo claro qué me ofrece esta plataforma que no me ofrezca Amazon. Ya veremos.
Estas son las cuestiones que rondan mi cabeza cuando no estoy escribiendo mi segunda novela. Ya llevo 70 páginas y la verdad es que no tengo pánico a la página en blanco. Puedo escribir eternamente.
Ya he dicho en otro post, que mi talón de Aquiles son los finales. Me parece una tarea totalmente contra natura.
Por suerte, todavía estoy lejos de ese momento. Por ahora estoy delineando los personajes. Dándoles forma. Tomando apuntes de la calle y de la vida. Sutilmente para que nadie se sienta aludido. Y esto me hace acordar a Plegarias atendidas aquella novela que escribió Truman Capote que le valió la enemistad de muchos de sus amigos. Un chusmerío literario que seguro vale la pena leer. Yo, de momento, lo tengo en mi lista de pendientes.
Y ahora vuelvo a mi galería de personajes. A mi colección privada que no para de crecer pero al mismo tiempo me resulta insuficiente.
Soy como un vampiro sediento de más. Y los busco. Debajo de las piedras. Por la calle. En mi mente. En mi almohada. Los miro fijamente. Los desnudo con la mente. Los escruto sin piedad.
Soy como un vampiro sediento de más. Y los busco. Debajo de las piedras. Por la calle. En mi mente. En mi almohada. Los miro fijamente. Los desnudo con la mente. Los escruto sin piedad.
En eso estoy. Entre el marketing y la literatura.
Considero el marketing una parte de mi trabajo, no una pérdida de tiempo. Si no vendo, ¿para quién escribo? Me asombra que un escritor novel que nunca en su vida ha publicado se sorprenda de no haber vendido un libro el primer mes. Yo vendí 4 en 3 meses y tenía tres novelas publicadas, dos de ellas por editorial.
Me parece que el egocentrismo que indicas en una de tus entradas laterales, creo que en Facebook… ¿No quisieras ser reconocida algún día por tus libros? ¿Acaso no te gustaría ser famosa y que tus libros se vendieran como rosquillas? Todos somos en cierta medida egocéntricos. Tener ego no es malo. Y no creo que exista escritor que lance un libro al mundo para que otros lo lean que no tenga una mínima parte egocéntrica. A menos que publique con un seudónimo y jamás diga quién es. Conozco casos de autores que tienen seudónimos anglosajones pero es por razones de marketing.
En Twitter empiezas mal si eres egocéntrico. Antes que nada debes ser recíproco, pues si no promocionas a otros te quedarás sola y nadie promocionará tu libro. La idea en Twitter es que un número cada vez más grande de seguidores tuiteen y retuiteen tus noticias para que llegue a todos los confines.
En cuanto a la falta de tiempo… Uno no está en Twitter todo el día.
Si me tomé la libertad de escribirte es porque me mencionaste en un Twitter.
Un saludo cordial,
Blanca Miosi
Hola, gracias por tu comentario. Puedes tomarte la libertad que quieras. Me encanta que la gente comente y cuente su experiencia. Entiendo tu punto de vista y lo encuentro lógico. Ya veremos qué tal se me da. Solamente digo que estoy empezando y hay algunos aspectos de este trabajo que me incomodan más que otros. Supongo que es normal ¿no? Pasa en todos los oficios.
Aprovecho y te hago una pregunta como experta en esto: en Twitter pensaba seguir solo aquellos que están relacionados con la literatura o con este oficio. ¿Tú crees que hay que seguir a todos lo que te siguen? Lo pregunto porque hay gente que así lo cree, en virtud de la famosa reciprocidad en Twitter. Un saludo y gracias por tus comentarios.
Hola, dices que tu talón de Aquiles son los finales, pues bien, siga la senda de otros autores que simplemente continuaban escribiendo: Dumas, Balzac, Verne, etc.que publicaban en periódicos antes de ser publicados en libros.
Esta forma de escribir les obligaba a segmentar su obra en entregas limitadas en un mínimo y un máximo de palabras por entrega semanal y sin fecha de finalización, algo así como una (tele)-novela sin fin…
¿Quien dice que no puedes escribir infinitamente una obra, quien dice que debe tener un fin?
¡Tienes razón Serge! Me parece una solución excelente.
No creo que haya que seguir a todos los que me sigan, pero si hay personas que no están relacionadas con la literatura, y veo que son interesantes, los sigo. No todos los potenciales lectores son escritores o están relacionados con las letras, si te dijera que los escritores son los que menos compran libros… Pero si sigues una cuenta que tiene 100.000 seguidores, algunos de ellos será un posible lector y tu publicidad le llegará. A mí me ha dado hasta ahora muy buenos resultados, y no porque sea una experta en Twitter, ¡que estoy muy lejos de serlo!
Un saludo