Hoy quiero hablar de las tribus que se han ido formando a raíz de esta crisis global que parece que se alargará en el tiempo.
Ya casi ha pasado una semana desde que nuestras vidas cambiaron. En especial, desde que los chicos han dejado de ir al colegio por la expansión del Coronavirus que ya lleva más de 11.000 infectados en España. Y hemos visto como cada día hemos ido perdiendo libertades en pos de un beneficio mayor. El tiempo dirá si los gobiernos y las personas hemos hecho lo correcto. En estos días, hemos visto nuestras redes inundadas de diversas iniciativas colectivas para hacer más llevadero el encierro.
A priori, parece una buena idea. La gente aporta ideas y se entusiasma.
Pero algo me hace ruido.
La virtud individual se pone a prueba
Me encuentro con sentimientos que no puedo explicar porque capaz no tengo los elementos para defender ciertas ideas. Pero la psiquis colectiva es interesante y me está sirviendo para reflexionar sobre el género humano. Hace una semana decía que la colmena se llena de virtud colectiva y que eso parece que nos está llevando al colapso económico.
Hoy digo otra cosa.
Parece que hay virtud colectiva. ¿Pero qué pasa con la virtud individual?
Y entonces, me he puesto a pensar en varias cosas que he visto. Hoy me detengo en los grupos de opinión que se han formado en relación al asunto. Formas de afrontar este momento único. Las llamo tribus. Aquí, algunas con las que me he ido encontrando en estos días.
Buenrrollistas y dramáticos: dos caras de la misma moneda
- Los “buenrrolistas” (exceso de wishfull thinking): aquí vemos a una tipología de sujeto que cree ciegamente en el gobierno y su accionar. Este tipo cree que “todos unidos” vamos a salir adelante. Dentro de este grupo entran los impulsores de acciones colectivas como el aplauso a los sanitarios. A esto se han unido miles de acciones más que, si las seguimos todas, nos volveríamos locos. No critico el accionar (no soy un ogro) sino la visibilización a toda costa de nuestros sentimientos hacia diversos colectivos (¿es necesario hacer públicas todas nuestras buenas acciones?). Yo agradezco todo el año. No necesito hacer propaganda.
- Los dramáticos y sentimentales: otra tipología de sujetos que escenifican muy bien sus sentimientos. En este grupo entrarían los creyentes en teorías conspiratorias, los hipocondríacos y los que llevan décadas esperando la pandemia. Y entonces se escuchan frases del tipo “ves que era grave”, “ves que la gente se está muriendo”, “no alcanzan las camas” “yo tenía razón” y toda una colección de anecdotario personal al que se le da una importancia excesiva.
Y la muerte es algo dramático en la sociedad occidental
- Los temerosos de la muerte: este grupo te dice: “la gente se está muriendo”. Y yo les digo, “la gente lleva muriendo hace milenios”. Y aquí mi crítica va hacia una mentalidad occidental (o europea) que no puede hablar ni lidiar con la muerte. En otras culturas, como la africana o latinoamericana vienen conviviendo con la exposición a enfermedades letales, no unos meses al año, sino TODA SU VIDA[1]. Conviven con la muerte a diario porque son pobres, porque no tienen agua potable o porque sus casas son chozas y les entra los bichos. Se juegan la vida todos los días y se les mueren los hijos con más frecuencia de la que un europeo podría soportar. Les puedo asegurar que esa convivencia cotidiana con la muerte muchas veces es menos dramática que la que vivimos nosotros los occidentales de países ricos. Les recomiendo que lean el interesante estudio La idea de la muerte y los ritos funerarios en el África subsahariana de Jaques Barou
“La mayoría de los rituales funerarios observados dan pruebas del mantenimiento de los lazos entre el muerto y su entorno. Incluso ya siendo cadáver, continúa perteneciendo a la familia. Ello se refleja, para empezar, en una representación con el propósito de simbolizar la presencia del muerto entre los suyos, sobre todo en los momentos que siguen al deceso. Los miembros del linaje se reúnen para beber, comer y cantar loas al desaparecido, lo cual constituye una manera de prolongar su existencia en este mundo. En efecto, suele ocurrir, sobre todo entre los mossi de Burkina Faso, que un pariente de la persona fallecida, de preferencia una mujer, vista las ropas del muerto e imite sus ademanes y su manera de hablar. Los hijos del difunto lo llaman “padre” y sus esposas, “marido”.
Es decir, no existe una individualidad. El difunto se va pero sigue estando entre ellos. La muerte es parte de la vida y es cotidiana. Para las religiones budistas e hinduistas, la muerte es solo un tránsito por lo que cabría analizar en más detalle el papel del cristianismo y del capitalismo en la forma en que afrontamos la idea de la muerte (pero lo dejaré para otra ocasión, este es un temazo que requiere reflexión y calma)[2].
La gente se vuelca en masa al mundo virtual
- Los adictos al mundo virtual: estos ya eran unos bichos antes y ahora se están haciendo un festín. A ver. A mí me gusta ver videos y consumir noticias pero corremos el riesgo de volvernos adictos (y volver adictos a nuestros niños) a una forma de consumo que es nociva y perjudicial y que además provoca mucha ansiedad. Espero que esta cuarentena no profundice estas patologías (ya se está hablando de un aumento del 50% en la exposición a las pantallas por parte de nuestros niños). Propongo para esto (yo lo estoy llevando a cabo) una desconexión parcial varias horas al día e ir aumentando las horas de desconexión llenando con actividades offline. Limpiar. Leer. Pintar. Cocinar. Escribir.
El humor como estrategia de supervivencia
- Los chistosos: con este grupo me identifico mucho. Me gusta la gente que se ríe de sí misma y de las situaciones de crisis. El humor es una herramienta que nos salva justamente en estas situaciones. Por eso aplaudo el humor que estamos viendo en las redes. Y que lo aplauda no signifique no viva dramas personales. Fijense por ejemplo en el humor judío, creadores no solo de la comedia sino del musical. No podemos pensar en un pueblo más castigado que éste que, aun así, usan el humor para reírse de la tragedia y de ellos mismos. (Hay un libro que analiza este asunto: Jewish comedy. A serious history de Jeremy Dauber. )
Los nerds y los alérgicos al debate
- Los estudiosos: esta tribu es interesante porque postea cosas serias y plantea debates que son interesantes lejos de sentimentalismos y casuísticas. Tienen el defecto de que pueden despreciar el humor o caer en los defectos del segundo grupo (los dramáticos) pero los valoro porque pienso que en estas circunstancias está bueno aprovechar para leer material serio sobre el asunto.
- Los alérgicos al debate: este grupo lanza consignas y lugares comunes. Se pliega a la opinión mayoritaria y distribuye bulos sin chequear. Normalmente esta tribu no quiere debatir. No le interesa. Pueden tener también los defectos del grupo 1 (los buenrrolistas) o del grupo de 2 (los dramáticos). Son normalmente gente que se ofende con facilidad. Huyen del debate de ideas y se sumergen en la anécdota personal.
La peor calaña
- Los indeseables: este grupo, por suerte, es minoritario. Casi no le doy relevancia pero son los que cometen delitos y violan las directrices del gobierno (hemos visto el horrible caso del entrenador físico que molió a golpes a un tipo por tratar de impedir que se saltara la cuarentena en Argentina). Puede que veamos más casos como estos pero, ante todo, para cosas menores, apelo a que los vecinos NO nos convirtamos en policías de nuestros propios vecinos. Cada uno hace lo que puede y hay que suponer la buena voluntad de la gente siempre. Indignarse con los indeseables, lo veo, tonto, poco estratégico y hasta potencialmente contraproducente. A los indeseables, hay que ignorarlos. Es la mejor medicina.
Dicho esto, los dejo. Tengo mucho que decir y escribir. Iré pensando y reflexionando sobre esta nueva de vivir. Todos estamos aprendiendo. Las tribus del Coronavirus son solo un aspecto del asunto. Hay mucho más para pensar.
Ojalá, después de esto, nos volvamos más tolerantes y solidarios con el prójimo y que estas tribus puedan convivir con la mayor calma posible.
Disfruten, dentro de lo que cabe, de una feliz cuarentena.
¿Y tú? ¿A qué tribu perteneces? ¿Me falta alguna?
¡Te espero en los comentarios!
Para leer más
- Lulu o la búsqueda de la mente más vasta
- La biblioteca de la Caja de la cultura: primeras impresiones
- Allí donde habitan las sombras
- Sobre la importancia del lápiz negro
- Rumanía y Japón en dos bibliotecas
[1] En el año 2019 se registraron en la Región de América del Sur 2.423.841 casos de dengue de los cuales 2.226.914 correspondieron a Brasil, 16.193 a Bolivia y 11.811 a Paraguay; 3.453 con criterio de dengue grave y 970 defunciones . Los 3 países registraron más casos de dengue que en los dos años precedentes, y en particular Brasil notificó el mayor número de casos de la historia. Fuente: Boletín integrado de vigilancia.
[2] Hay un libro interesante sobre el asunto. Thomas, Louis Vicent. Antropología de la muerte. FCE.
Yo me veo como chistosa. Aunque no niego que el asunto es serio. Pero quiero seguir bromeando sin ser castigada y criticada. Pero estoy mas preocupada por las 1000. 000.000 personas del mundo viviendo cada dia de su vida en pobreza y dificultad. Algo me dice que ellos pertenecen al grupo de los chistosos!
Seguro. Yo también me niego a perder el humor. ¡Saludos y gracias por leer!
Fantasticos tus textos. Gracias. Eres un descubrimiento.
Yo me siento a caballo entre la conspiración y el chiste. Depende del dia. Jaja. Pero echo de menos una subespecie de tribus del «yoismo espiritual» dónde, aveces, por despiste, me he encontrado incómoda y donde también se hallan los adictos al grupo, al mundo virtual de la pose y a la práctica compartida que salvará el planeta, pero que sin ella y en distancia corta no practican. Aunque puedo estar totalmente equivocada. 🙂
Gracias. Sí, cuando escribí el artículo se me ocurrieron esas tribus pero siempre sabiendo que conforme pasa el tiempo, van surgiendo más. Y por supuesto, siempre animo a los lectores a que contribuyan con sus tribus. ¡Gracias por leer y comentar!