Hoy hablamos de cómo algunas empresas tecnológicas y de autoedición ven a los escritores como potenciales clientes y no como trabajadores. Todo esto a propósito de mi visita a Liber.
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¿Por qué un autor va a Liber?
Como escritora nada me es realmente ajeno. Me interesa la vida. Me interesa la gente. Me estimula aprender. Y mi deporte favorito es observarla. Este año he ido por primera vez a Liber, la Feria Internacional del libro que se realiza cada año en Madrid y en Barcelona alternativamente. No soy de ir grandes eventos, hacer networking o ponerme a vender mis libros por la calle. No porque no quiera sino porque al final debemos priorizar en qué gastamos nuestro tiempo. Sin embargo, con esta feria hice una excepción por una poderosa razón: Amazon nos envió una invitación para asistir. Por eso dedicaré este post (y los dos siguientes) a contarles un poco con qué me encontré.
Desde ya, debo aclarar que no soy editora ni está en mis planes serlo. No puedo comparar esta edición de la feria con la de años anteriores. Y solo asistí el día 5 de octubre y a la Zona del Autor por lo que no puedo hablar por el resto de las charlas que se impartieron. Una vez hechas estas salvedades, entraré en detalle sobre las cosas que me gustaron y las que no tanto. Y aprovecharé la ocasión para abordar ciertos temas que tenía pendientes y que este evento me ha hecho recordar. Allá vamos.
La previa de mi entrada en Liber
Lo primero que hice cuando recibí la invitación de Amazon fue descargarme el programa de actividades de la feria. Tengo que decir que me quedé apabullada. Eran demasiadas conferencias, de los temas más variados. Como autora, me interesa la edición en la medida en que pueda ayudarme a difundir mis libros pero es solo un fin, un camino.
Además, soy economista y estudiosa de las industrias culturales por lo que me interesan las entretelas de ciertos mercados (puedes leer mis artículos sobre diferentes aspectos de las industrias culturales y bienes intangibles). De acuerdo a la agenda, había conferencias en la llamada Zona digital, en la Sala de conferencias y en la Zona de autor. Lo primero que debo decir, mirando la agenda y sin haber asistido aun a la Feria, es que las charlas más interesantes para un autor (o para mí por lo menos) NO estaban en la Zona del autor. Charlas sobre la evolución digital de los mercados en español, el auge de los audiolibros, análisis del perfil del lector digital con Bookwire —un especie de Trivago de los libros— o incluso cuestiones más peregrinas para un escritor pero que a mí particularmente me interesan (y, por lo tanto, podrían ser de interés para más autores como yo) como la Encuesta de hábitos culturales, o el sistema de préstamos de las bibliotecas públicas, me resultaron particularmente atractivas.
Sin embargo, sentí que mi deber era evaluar qué había contemplado LIBER para los autores y relatarlo a mis lectores. De alguna manera, era como indagar en qué creen ellos que nosotros necesitamos.
El publirreportaje como herramienta de marketing
Con ese ánimo, me dirigí el día 5 octubre al IFEMA. El sol rajaba la tierra. Y ese verano absurdamente largo, debió advertirme de que no me encontraría con lo que esperaba. El recinto es relativamente pequeño. Desde el metro, hay que caminar un rato. Luego, dentro, se agradece que esté todo tan a mano. Me dirijo a la Zona de Autor, pegado a la cafetería improvisada (de bocatas caros y colas eternas. No había mesas. La gente comía en unos bancos alargados. Señores, mejoren la infraestructura). Hay una pantalla con un PowerPoint y unas sillas. Digno. Tranqui. Cerca hay stands Amazon y algunas empresas que se dedican a vender servicios a los autores.
Ya me da mala espina. Me siento. Me gusta observar de cerca incluso lo que no me gusta. Voy a escuchar la charla sobre crowdfunding editorial. Quedan diez minutos para que empiece. Aprovecho y oteo la agenda específica de esta zona. Lamentablemente, por cuestiones de tiempo, solo pude asistir a tres de las charlas. Es una pena que no haya habido streaming o la posibilidad de ver los videos después (he preguntado a Liber sobre este aspecto pero de momento no he tenido respuesta). A priori, mirando solamente los títulos de las charlas y sin saber nada más noto cierto tufillo a publicidad. Lo que algunos llaman el publirreportaje. ¿En qué consiste exactamente? Básicamente, es una herramienta del marketing directo para vender un producto: » Un publirreportaje es una publicidad desde un punto de vista editorial, es decir, tiene apariencia de reportaje pero realmente es un texto publicitario de una empresa. Al ser publicidad, la empresa compra el espacio y tiene libertad para escribir su texto y seleccionar las imágenes. En España por ley debe señalarse que esa información es publicidad, de ahí que en periódicos y revistas veamos una pestaña que pone publirreportaje, en la televisión en alguna esquina pone publicidad y en la radio también nos lo dice el locutor.[1]» A ver. No hay nada malo en ello. La publicidad es una tarea muy digna y necesaria para los que venden productos, la cuestión es cómo se regula esto en una feria como LIBER u otras similares. Para que quede claro al lector: no era un foro de conocimiento. No era un punto de información para el autor. Eran empresas que querían vender sus productos y los autores….potenciales clientes. Ya volveré sobre este tema. En la próxima entrega te sigo contando. Hablaremos de crowdfunding, de Amazon KDP en plan critico y constructivo. ¡No te la pierdas! Ya puedes leer la segunda entrega acá
[1] Fuente: http://www.agenciasdecomunicacion.org/estrategias/comunicacion-vs-publirreportaje.html
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