Seguimos con nuestra crónica de un escritor visitando Liber19, la Feria del libro profesional. Si te perdiste la primera entrega sobre asuntos algo mundanos como por qué corno no había suficientes enchufes para cargar el móvil, la puedes leer aquí. En la segunda, nos hemos puesto más serios para comentar el Libro blanco del escritor con cifras sobre las condiciones de los escritores y en la tercera hemos reflexionado sobre los talleres de escritura. Hoy hablaremos del fenómeno del videojuego y la literatura y de por qué aterricé en esta charla a la que no tenía planeado asistir.
Llegué tarde porque en principio venía escapando de otra y me quedaba un ratito antes de irme. Así que me di una vuelta y me metí a escuchar el panel de Videojuego y literatura: compañeros de juego organizado por la Asociación Española de Empresas Productoras y Desarrolladoras de Videojuegos y Software de Entretenimiento (DEV). Debo decir que sabía pocas cosas. Hace años que no juego a videojuegos y aunque me crie con los fichines en los ochentas o con juegos como Prince of Persia en pantalla ámbar, no he vuelto a tener un contacto intenso con el asunto.
La mesa estaba conformada por Rosa Jiménez (profesora de la Escuela de escritores y de Utad), David Cabrera (escritor y artista), Alberto Murcia (profesor en ESIC Business & Marketing School y doctor en Humanidades, especializado en Filosofía y ciencia cognitiva) y moderada por Henar León (consultora estrategia).
La verdad es que lo primero que tengo que decir sobre este evento de videojuego y literatura es que se respiraba un aire mucho más estimulante que en la mesa de escritores a la que había asistido el día anterior (¿se dan cuenta por qué no puedo rodearme de gente que hace lo mismo que yo? No tengo amigos escritores y no sé si quiero tenerlos).
Cuestión, en esta mesa había escritores pero también había artistas. Y había un pensamiento un poco más innovador. Y se habló de cómo se enriquece una historia con los diferentes formatos, del fanfiction, de los fandom[1], de Elije tu propia aventura[2], sobre la fantasía.
En definitiva, se habló mucho de los jóvenes. Justo lo contrario que en la mesa de los escritores. También me dio que pensar que es lógico que sean jóvenes los que conformen estas comunidades (¿quién tiene tiempo para involucrarse en un cosplay o hacer una fanfiction de su serie o novela favorita?) y puede que de ahí alguien se termine dedicando a escribir de forma profesional pero pienso (desde la ignorancia) que el fenómeno fan funciona un poco como tribu urbana y debe ser difícil sostenerlo en el tiempo cuando tienes que estar todo el día en una oficina o criando a tus hijos.

Se habló también de la narrativa transmedia[3] y crossmedia. Y sobre cómo el consumidor se transforma en creador de contenidos (lo que decíamos antes: los jóvenes tienen más tiempo). En definitiva, se hablaban de nuevas formas de narrar. Fue bastante revitalizante y aunque soy de talante crítico me gustó el tono de la mesa. Incluso hubo un poco de más profundidad que en otras charlas hasta llegar a un punto filosófico interesante en lo que a narrar se refiere. ¿Qué pasa con la atención cuando fomentás la interactividad? Me disparó varios interrogantes en cuanto a la forma de apreciar el arte. El dilema interacción vs inmersión y el lenguaje de los nuevos medios creo que es un asunto que merece un canguro aparte pero me obligó a replantearme seriamente la forma en que consumimos arte o entretenimiento. Se habló también del potencial del libro de texto con los libros juegos. Luego la charla derivó en algunas divagaciones más frívolas en torno a qué libro o película adaptarías a un videojuego y viceversa. La verdad es que salí del encuentro de videojuego y literatura llena de información y con esa energía positiva de ver un sector con posibilidades. Me hizo pensar y eso me gustó.
Me hubiese gustado asistir a algunos de los encuentros de la tarde pero tenía asuntos que atender.
Y así, una vez más, cierro mi crónica sobre Liber19. La feria es lo de menos (con cariño). En realidad, todo esto es una excusa para seguir hablando de los temas que me interesan y que atañen a un escritor. Siempre queda ese sabor un poco agridulce cuando salís de la soledad de la escritura para asistir a estos foros. Está bien que existan supongo pero siempre me queda la sensación de que prometen mucho más de lo que son. O confirmo mis prejuicios de que aportan menos de lo uno esperaría (lo cual ya es bastante poco). No es culpa de nadie.
Así es la vida.
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[1] Para saber más sobre este fenómeno hay magníficos estudios sobre la cultura del fan. Les recomiendo este enlace que aglutina las principales publicaciones sobre el asunto.
[2] Aquí puedes leer una interesante crónica sobre la historia de esta colección que nació a la par que los videojuegos y los juegos de rol.
[3] Les recomiendo leer este paper Inmersión, redes sociales y narrativa transmedia: la modalidad de recepción inclusiva sobre cómo las redes sociales están cambiando la forma en que percibimos la realidad y la ficción. Es un artículo esclarecedor para los novatos ya que introduce conceptos interesantes que se manejan en este tipo de estudios como el de “interactor”. Ya no hablamos de un usuario, un espectador, un televidente, un lector sino de alguien que tiene una experiencia estética e interactúa al mismo tiempo.
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