Aprovechamos el informe de la Cerlalc en Latinoamérica para hablar sobre algunos mitos en torno a la autopublicación. Queremos alzar la voz y dejar en claro algunas bondades y sombras de este mercado hermoso y siniestro a la vez. Disfruten.
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Faltan estadísticas de autopublicados
Los que están familiarizados con el ámbito cultural, saben que el principal problema que tenemos es que nos faltan datos. Y los números son siempre el punto de partida para poder mejorar un sector que, sabemos, es muy precario. Por eso, en su día aplaudí que se publicara el interesante informe de la CERLALC Radiografía de la autopublicación en Latinoamérica[1]. Me gusta que se empiece a visibilizar un sector tan grande, heterogéneo y opaco como este. No tengo mucho tiempo para estas cosas pero a veces es bueno detenerse y pensar dónde estamos parados los autores autopublicados. Leído y subrayado el informe me gustaría decir primero que se agradece que aparezcan cada vez más voces analizando este fenómeno. Lo que es complicado supongo es darle profundidad a un tema tan vasto como éste. Hoy quiero, desde mi experiencia personal, aportar mis conocimientos y terminar con algunos chichés que creo que se han perpetuado en el discurso sobre este sector. Veamos.
Falsa democratización de la cultura
Se habla a lo largo del informe de la “sobreabundancia de contenidos” y de que “El proceso es más horizontal y más democrático, tanto en lo concerniente a la producción como en lo relacionado con el acceso a los contenidos”. Esto da la falsa idea de que ahora podemos acceder a más contenidos que antes. Que finalmente estamos accediendo a una democratización en el acceso a la cultura. Eso es al menos lo que plataformas como Amazon nos vendían. También nos dijeron que los autores lo teníamos muy fácil ahora. ¡Mentira!
Paso a destruir el mito.
Tal como comenté en el artículo Cuando el escritor se transforma en cliente estamos en manos de empresas oligopólicas que monopolizan información y deciden qué mostrar y qué ocultar. No lo critico, señores, solo lo constato. Que cada uno haga su lectura moral. En la práctica, ¿ha aumentado la oferta o ha disminuido si solo me muestran cosas afines a mis supuestos gustos? Ya he hablado también sobre los algoritmos de recomendación y sobre su rol reduciendo la oferta cultural. Vuelvo a decirlo para que no me ataquen. No critico el modelo pero me veo en la obligación de poner de manifiesto sus principales características.
Producir un libro siempre tiene un costo
Se dice en el informe que ahora se puede esperar publicar un libro de impresión bajo demanda “sin, aparentemente otro costo que el de la escritura del contenido”: ¡Falso! Esta es una idea muy difundida desde los departamentos de marketing y ventas de Amazon: que publicar en dicha plataforma u otras similares es gratis. Si quieres que el libro tenga un mínimo de calidad, hay que tercerizar parte del proceso que tendrás que pagar de alguna manera, con dinero, en especie, en tiempo, en cañas, pero no es gratis. No es casualidad que al mismo tiempo que se ensalza a los best sellers de Amazon, lo primerode lo que se habla es de lo que han invertido en marketing. ¿En qué quedamos? ¿Es gratis o hay que invertir?

El misterio del ISBN de los libros autopublicados
El tema del ISBN es otro asunto interesante. Como autora autopublicada, todavía nadie me ha sabido explicar qué ventajas tengo a la hora de publicar un libro con dicho código. Estoy de acuerdo en que es necesario para poder tener estadísticas más fiables pero a lo mejor ese es un trabajo que deberían asumir los gremios de editores o el mismo Estado. No los autores cuentapropistas. Me dicen también que es necesario para vender en librerías pero ¿qué librerías están dispuestas a poner en sus mesones libros de autores sin editorial? Y lo entiendo. No lo juzgo porque cada uno decide qué vender en su librería pero no subestimemos al autor que no es boludo.
No tenemos buenas encuestas a los autores que autopublican
Se sorprenderían del perfil variopinto de los escritores que autopublican. Se habla en el informe de “la era dorada de los autores”: creo que faltó en este estudio la voz de los autores y de los lectores. Solo he visto alguna encuesta a los editores pero es importante, para tener una semblanza más certera, saber qué piensan los que compran libros y los que los escriben ¿no? Tal vez si hubiesen entrevistado o, al menos citado, no solo best sellers tendrían una imagen más completa de este colectivo y esto enlaza con los siguiente:
El apartado ¿Quiénes son los autores que autopublican? me despertó bastante curiosidad. Me interesa tener algún tipo de aproximación, no sé si estadística pero sí más sistemática. No fue eso lo que encontré sino que en dicho apartado solo se citaban casos de best sellers. Qué pereza, por Dios. O sea el informe da por sentado que esa minoría representa a todo un sector muy heterogéneo. Creo que a lo mejor ese malentendido haga más daño de lo que creemos. Estoy segura de que muchos autores que no se sienten representados por esos superventas. Hacemos un camino más austero. Sin pensar en la inmediatez del mercado, en técnicas de marketing. Autores que no escriben ni romántica, ni fantasía adolescente, ni érotica, ni policiales, ni suspenso, ni fantasía épica, ni novela de espías.
No me malinterpreten.
No desmerezco esos géneros que yo leo con gusto pero hay vida más allá. Citando solo a esos autores damos una idea muy equivocada de un colectivo en el que hay muchos escritores que se dedican a ello sin ser influencers ni best sellers. Yo sigo a varios de esos escritores como Benjamín Recacha o Rafael Fernández Ezcritor que hacen un camino de largo plazo sin hacer demasiado ruido pero con constancia y trabajo. Hay muchos ejemplos más pero no los citaré acá porque son numerosos pero hablamos de gente que publica en revistas, se autopublica, no está en la listas de best sellers pero hace de la escritura un oficio regular como el plomero que arregla cañerías o el electricista ¿por qué dejamos afuera a ese perfil de escritor autopublicado? ¿por qué cuando leo artículos e informes sobre los autopublicados siempre comienzan citando los tres o cuatro pelotazos o el premio Amazon? ¿No podemos escarbar un poquitito más? Una un especie de clase media interesante de explorar. Unos autores que están haciendo su camino sin aspavientos. Que no dudan en publicar solos, con editorial, en fanzines, en revistas. Gente normal con vidas normales.
Tal como comentaba en Ensoñaciones sobre los escritores, la economía y la vida eterna, para mí, la vida de un escritor se parece a la de un monje que pasa muchas horas escribiendo y leyendo ajeno a estrategias de marketing y algoritmos de recomendación. Insisto: no es una crítica a los superventas, solo que me parece que poner solo la luz en esos casos transmite una imagen errónea.
La opacidad de Amazon con los autopublicados
Un tema interesante que se trató en el informe y que es necesario remarcar es la opacidad en la que trabaja Amazon. Esto ya lo he dicho en numerosas ocasiones. Amazon vive de los datos y la cuestión es que su posición de monopolio hace que esta empresa tenga información clave para el sector. ¿Qué hacemos en este caso? ¿Qué puede hacer el Estado para que fuerce a Amazon a abrir sus datos? Me temo que este asunto es complicado porque su negocio se basa en la información. En realidad es su único negocio. Fíjense si habrá opacidad que yo como autora autopublicada tengo muy poca información sobre mis lectores. Apenas puedo saber desde qué mercado me compran pero no mucho más. La empresa tiene esa información pero no se la da a los autores. ¿Saben lo bien que me vendría tener un perfil completo de ese lector que compra mis libros? Gracias a miles de autopublicados, Amazon obtiene una información valiosa en el mercado. Ya he hablado de todo esto en miles de ocasiones (puedes leer algunos artículos que escribí sobre el big data acá). No quiero repetirme. Tenemos algo más de control que antes pero no mucho más. Lo que pasa es que Amazon lo hace muy bien al transmitir esa idea de democratización que no es real. Valoro que el informe ponga de manifiesto la opacidad en la que trabajan las empresas tecnológicas. Eso es importante entenderlo.
Ya lo dije antes pero las cifras de ISBN de autopublicados no son fiables para hacer estadísticas. Habría que hacer una encuesta entre los autopublicados para estimar qué porcentaje de ellos compra un ISBN. Apuesto a que el porcentaje no es muy alto. Realmente me gustaría un estudio que entrevistara a este colectivo y pudiera obtener algo parecido a una muestra representativa. Yo misma como autora tengo curiosidad por saber quiénes están escribiendo. Por qué lo hacen. Cómo lo hacen. Qué géneros escriben, etc. insisto, no me interesan los súper ventas, de ellos ya tenemos bastante información, sino el resto de mortales.
El escritor como potencial cliente
El análisis del Panorama de la autopublicación me pareció interesante e instructivo. Yo que estoy bastante informada, incorporé nuevos recursos y confirmé también ciertos prejuicios. Pero valoro que esa información esté disponible para todos (aunque creo que es información muy cambiante. Puede que este informe se quede medio obsoleto en un año).
Me gustó que se ahondara en el tema de las editoriales de autopublicados. Si hay algo que queda claro del informe y que comparto es que el autor se ha convertido en un cliente. La mirada desde fuera es esa. Yo la combato y me resisto a tener ese papel pero cuando veo editoriales tradicionales que abren divisiones para autopublicados en donde el objetivo es venderme servicios, ya desconfío. Y son muchas las empresas que están intentando vivir de ello. Lo he dicho en Liber y el escritor como potencial cliente. Nos quieren vender servicios a un colectivo que ya está lo suficientemente precarizado. Y volviendo a la editoriales de autopublicados no me queda claro cuál es la ventaja que me ofrecen si no son capaces de visibilizar mi obra en las librerías. Que yo sepa ninguna editorial de autopublicación colocará mi libro en los mesones o en las bibliotecas, solo facilitará que el librero lo pida al distribuidor (ni siquiera tengo la certeza de que una editorial tradicional sea capaz de ello). Para eso, que el lector me pida el libro a mí y ya se lo vendo yo y de paso me salto un intermediario. En definitiva, si el librero no va a exhibir mi obra, no me interesa que una editorial de autopublicados se meta de intermediario. Y lo digo con todo respeto con los profesionales que trabajan allí. En todo caso, se valora que se nombren las empresas en el informe. Es bueno estar al día de lo que es tendencia aunque estaría bien saber qué perfiles de autores acuden a estos servicios.
En el apartado El ecosistema alrededor de la autopublicación se muestran datos de una encuesta a editores. Ya lo dije. Me interesa saber qué piensan los escritores y los lectores. Los editores son una pieza importante pero lo que realmente me interesa es qué piensan los que van a comprar mi libro y los que los escriben.
Pensar en clave regional, no nacional
En general, el informe aporta mucha información de España y poco de América Latina. Tiene todo el sentido. NO podemos explicar América Latina sin España. En este sentido, cabe esperar un estudio minucioso que incluya a todos los países de habla hispana ya que los autopublicados que escriben en español aspiran a vender en aquellos países en los que el español es la lengua oficial. Lo digo porque si solo me enfoco en América Latina y pierdo de vista a España me estoy perdiendo de entender un gran mercado en donde los lectores ya están en muchos países. En efecto, el informe cita algunos encuentros que solo suceden en España e Inglaterra pero ¿no hay nada que citar en América Latina? Si es así, hay que decirlo porque si no parece que no tenemos esa información. No estoy muy informada (no soy buena haciendo networking) pero me atrevería a decir que tiene que haber una movida importante de autopublicados en países como México y Argentina. En España ya existen asociaciones que supongo que aspiran a incorporar a actores de todo el espacio iberoamericano. Por eso cualquier estudio se debe enfocar desde la óptica iberoamericana. Ya no podemos pensar en clave «país» o «región». Sino en clave «idioma».
Con este breve recorrido los dejo. Como siempre mi objetivo es informar, iluminar y completar con una mirada desde adentro. Una más de las miles posibles. No es mi ánimo criticar sin fundamento y lo hago con todo el respeto del mundo por el trabajo ajeno. Así como yo busco el feedback con mis obras espero lo mismo de los demás. Creo que la mirada del otro sobre nuestro trabajo con respeto vale oro. ¡Es información!
¿Tienes algo que comentar? ¿Algo que matizar? ¡Te espero en los comentarios!
Para leer más
- Sobre los plásticos en Japón
- Nikko: reflexiones sobre la cultura del onsen
- Cómo debe ser una buena mesa de luz
- De gauchos y samurais
- Una pausa en Tokio
[1] No encuentro un link directo al informe en la página del CERLALC por eso el enlace va hacia dosdoce.com.
Hola. He estado leyendo tus artículos sobre autopublicación, Amazón, publicación por demanda y otros.
Quisiera consultarte qué le recomiendas a alguien que recién está empezando, que tiene "terminada" su primera novela y quiere publicar; ¿intentar hablar con editoriales o directamente publicar por cuenta propia? ¿digital o papel?
Desde ya muchas gracias
Hola, perdona la tardanza en contestar. Es muy difícil dar consejos. Lo primero es darla a leer a alguien de confianza y dejar reposar el material un tiempo. Luego puedes intentar moverla con alguna editorial pequeña que sepas que no te hará perder mucho tiempo pero teniendo en cuenta que a veces se pierde tiempo. Yo sondeo editoriales pero siempre autopublico. Creo que es el mejor camino para un autor desconocido. También recomiendo publicar en revistas literarias. Es una forma de darse a conocer y también sirve para que te contacten editoriales. Lo principal es no dejar de escribir y de leer. Es el mejor camino. Verás muchas experiencias y todas son válidas por eso es difícil aconsejar. ¡Gracias por leer y comentar!